Una mujer con la que vivo al lado es una pervertida y disfruta haciendo ejercicio, más al grano, haciendo yoga en su patio trasero, sin ropa. Usando el short de cameltoe más delgado que apenas podía ocultar su caja de follar seca, uno no puede evitarlo. Tengo que ver cada uno de sus movimientos y todo lo que hace sin siquiera acercarme demasiado.