El sexo entró en la cena con sed cuando Cipriana, que era una chica punk con actitud rebelde, comenzó a tragarse hasta el fondo. La forma en que hablaba desde el ángulo POV era apasionada y eliminaba cualquier charla pequeña. Luego hubo sesiones de folladas misioneras donde tuvo una penetración anal muy agresiva en el escritorio y terminó con una corrida en la cara.