Desde el techo de su casa, hasta ser una sirvienta atada, esta es una disciplina que requiere una sesión tensa de sumisión BDSM. Su dama la inmoviliza y procede a darle el mejor lamido de coño que haya recibido, haciéndole comer el coño a fondo hasta el punto de mover y retorcer su cuerpo como resultado del placer que siente.