Una nena patética con una venda en los ojos, una mordaza de bola, y sus manos esposadas a la espalda recibe una severa nalgada y sodomización anal de un hombre brutal con una máscara. Finalmente, después de una rigurosa paliza, no tiene más opción que comerse su propia corrida, finalizando así la humillación, convirtiéndolo en la persona más subyugada.