Una hermosa escena: una dama morena, con una minifalda y una blusa, intercambia miradas con la cámara y, dándose la vuelta, revela una mesa de masaje en forma poligonal; parece que hoy ayudará al director a aliviar el estrés; frotándole los pies, se sube sobre él y sus cabezas se funden en la mesa donde este último la está fotografiando. Ella se disfruta a sí misma y a él con destreza y así representa satisfacción.