En estos días, iba a comenzar mi propia aventura carnal: anoche en el carnaval me había dejado llevando a casa a un par de personas lujuriosas y malhumoradas. Esta pequeña y adorable miel. La morena y la rubia eran una fuente insaciable que atendía todos los deseos negros perversos que tenía. La posterior recreación de una noche entera llena de hacer el amor.