Hermosa, sexy y provocativa, Jamie Marleigh tenía un deseo de sexo crudo y duro dentro del BDSM. Atada en el garaje, recibe azotes y un gran pene penetra su vagina y la empuja. El coño se abre, sus gritos enmascarados por el garaje. La escena que sigue es su apretado y mojado coño siendo estirado, y todo lo que podemos escuchar durante los próximos minutos son sus fuertes gritos que el garaje mismo logra ahogar. Otro hecho es que esta escena representa una especie de sesión BDSM salvaje y dura.