Pillé a mi marido dándole una nalgada cruda, así que tomé el control sobre él y bueno, antes de montarlo, lo monté como un animal incontrolable. Garganta profunda, anal y un acabado cremoso, a algunas costumbres no les gusta cuando sus mujeres están involucradas con dos hombres. ¿Pero la sorpresa? Un regalo de leche que tenía contenido de uso y risas al final.